Hoy os traigo mi primera experiencia con lo cupcakes. Muchos os preguntareis por qué los he llamado Hi-Hat Rocío, pues os lo explico ahora mismo: los vi en el blog Un poquito de Rocío y me chiflaron a primera vista.

Hace casi un año que empecé con esta aventura y como siempre os digo, lo que menos me imaginaba, es que por la red me iba a encontrar a tanta gente fabulosa. Los que me seguís habitualmente, conocéis alguna cosas sobre mi, lo mismo que a mi me pasa con vosotros.

Pues este fin de semana, voy a tener la oportunidad de conocer a muchas de esas personas con las que me escribo a diario, pero sobre todo ¡ voy a conocer a mi AMIGA Rocío.!

Cuando uno va creciendo, va conociendo mucha gente por el camino, algunos los consideras amigos y a otros simples conocidos pero para mi, mis AMIGAS son aquellas que han compartido gran parte de mi vida: las del instituto, las juergas, las penas, las bodas, bautizos y comuniones y que nos conocemos hace más de 25 años.

Pues resulta que en la blogosfera, me he encontrado con una nueva AMIGA, de las que hay que escribirlo con mayúsculas, de ahí el rebautizar a estos cupcakes.

No me enrollo más, la semana que viene seguro que tendréis un amplio reportaje fotográfico de la kedada.

En un bol batimos la mantequilla con el azúcar hasta conseguir que blanquee. Añadimos los huevos, primero uno y cuando este totalmente integrado, añadimos el otro.

En un plato mezclamos el harina, junto con la levadura y el cacao, tamizamos y vamos incorporándolo poco  a poco a la mezcla anterior.

Rellenamos las cápsulas de papel 2/3 de su capacidad, las metemos en el horno precalentado a 180 º durante 25 minutos.

Cuando estén fríos le hacemos un agujero en el centro (yo he utilizado el descorazonador de manzanas) y reservamos.

Ponemos en un cazo las claras de huevo, las gotas de limón y el azúcar. Colocamos el cazo dentro de una olla más grande con agua y lo ponemos al fuego al baño María. Batimos con unas varillas unos 5 minutos, hasta que consigamos que se disuelva el azúcar (el agua que tenemos debajo,no debe de llegar a hervir).

Retiramos del fuego y montamos con las varillas eléctricas unos 15 minutos, hasta que el merengue forme picos.

Esta tarde ha tocado horno en casa. Hacía tiempo que no preparaba pan y de nuevo he utilizado una receta del libro de Xavier Barriga, aunque esta vez he variado alguna cosa con respecto a su receta.

Si os gustan los panes blandos, tipo Mollete, este pan os gustará fijo. Con todos los ingredientes que lleva y con el aceite aromatizado, os puedo asegurar que es para comer pan con pan. Un poquito de sidra o de vino blanco y un panecillo de estos y ¡menuda fiesta!

Para preparar la masa

Las frutas más usadas son la manzana, arándanos, melocotones, ciruelas o ruibarbo. En la cubierta además de la base de mantequilla, harina y azúcar podemos incluir nueces, almendras u otros frutos secos, incluso se puede llegar a usar crema ácida lo que aporta un sabor más extravagante a la crumble.  

Hoy os traigo un brioche, del que me enamore la primera vez que lo vi.

Según Wikipedia, El Chelsea bun (en inglés ‘panecillo de Chelsea’) es un tipo de currant bun (‘panecillo de pasas’) que fue creado en el siglo XVIII en la Bun House de Chelsea (Londres), un establecimiento preferido por los Hannover y demolido en 1839. El panecillo se hace con masa con levadura aromatizada con piel de limón, canela o una mezcla de especias dulce. Antes de enrollarse a una forma espirar cuadrada la masa se unta con una mezcla de pasas, azúcar moreno y mantequilla. Un glaseado dulce se añade encima antes de cortar la masa enrollada en piezas individuales y hornearlas.

En este caso, he hecho algunas variaciones: he sustituido las pasas por una mezcla de manzana y piñones y el glaseado que lleva por encima lo puse después de hornearlo. Es un bollo que queda muy jugoso y que admite todos los rellenos que se os ocurra

Empiezan a caer las primeras hojas. Por las mañanas ya está fresco y todo parece indicar que irremediablemente el verano se ha acabado.

Los frutales están cargados y yo tengo la suerte de tener familia con fincas. Hace unas semanas, paseando por la finca de mis cuñados me encontré los melocotoneros a rebosar, los manzanos llenos de manzanas de chapa (la variedad de manzana asturiana que más me gusta) y los pescales cargaditos de piescos.

Mi cuñada me comentó, que no daban abasto a comer tanta fruta y amablemente, me regalo un cesto llenito de frutos.

También me traje para casa, higos de San Miguel, pero yo por los higos pierdo el sentido, así que no me dio tiempo de preparar nada con ellos, uno a uno fueron cayendo hasta que los terminé.

Con tal variedad de fruta, he preparado varias mermeladas. Mezcle frutas, añadí canela, combine azúcar moreno y azúcar blanco y después de toda una mañana liada con ellas, puedo decir que tengo mermelada para toda la temporada.

Os dejo la receta que uso habitualmente

Poner la fruta pelada y sin pepitas en la thermomix y triturar al gusto. Añadir el resto de ingredientes y programar 30 min. 100º vel.2. Colocamos el cestillo para que no salpique.

Si pasado el tiempo queda muy líquida, programar 5 min, varoma vel.2

Las variedades que he preparado son:

Se ponen a hervir los frascos y las tapas durante 15 minutos. Se sacan con cuidado de no quemarse y se ponen a secar del revés, sobre un paño seco y limpio.

Cuando la mermelada ya este preparada, la repartimos en los frascos (yo las suelo llenar hasta donde empieza la forma de la rosca) y cerramos con las tapas.

Para envasarlos al vacío, debemos de introducirlos en agua sin llegar a cubrirlos (yo dejo que sobresalgan como un dedo) y dejar que hiervan durante 20 minutos. Pasado este tiempo, apartamos la olla del fuego y dejamos que vaya enfriando. Comenzareis a escuchar el sonido de las tapas haciendo el vacío.

Otro método para saber si está bien hecho, es intentar hundir la tapa por el centro, los frascos que venden en las tiendas Casa tienen una especie de botón central que al apretarlo suena. 

Hola a tod@s

Ha empezado el cole y poco a poco va volviendo todo a la normalidad del invierno. He de reconocer que yo prefiero el verano, sin horarios, sin mochilas... sin parar en casa.
Estos días atrás he tenido muy poco tiempo para pasar por vuestras cocinas, tampoco he pasado mucho por la mía, ¡mil disculpas!, pero entre preparar uniformes, comprar libros, material y demás, no me quedaban ganas ni de encender el ordenador.   

Este año el minichef empieza 1º ESO y aunque de "mini" ya va teniendo poco, os voy a confesar que para mí, seguirá siendo "el mi niñin" para toda la vida.

Todos los ingredientes a temperatura ambiente

En un bol mezclamos el azúcar y la mantequilla en pomada.Tenemos que batirlo, hasta conseguir que la mantequilla quede blanquecina. A continuación añadimos el Haba Tonka, que previamente hemos rallado (igual que hacemos con la nuez moscada). Batimos un poco para que se integre.

Vamos añadiendo uno a uno los huevos; no añadiremos el siguiente, hasta que no este perfectamente integrado el anterior. 

Incorporamos la sal y vamos intercalando la leche y el harina mezclado con la levadura. Continuamos batiendo hasta acabar con los ingredientes y hasta conseguir que nos quede una mezcla homogenea.

Engrasamos el molde con un poco de mantequilla, echamos la mezcla y lo llevamos al horno precalentado a 170º durante 55/60 min.

Estará listo cuando al comprobar con una aguja o un palillo, este salga limpio. Lo sacamos del horno y lo dejamos en el molde durante 10 minutos. A continuación desmoldamos y colocamos en una rejilla hasta que se enfríe.

Decoramos con azúcar glas y listo para saborearlo.

Hay varias cosas que siempre me han impresionado en esto de la blogosfera: la cantidad de personas maravillosas que conoces es una de ellas. Hace unos 10 meses que tengo el blog y nunca hubiera imaginado que en la red, iba a conocer a gente, que a pesar del poco tiempo que llevo, los considero mis amigos.

Otra de las cosas que más me impresiona día a día, es la imaginación que tienen algunas personas, hay ocasiones que me quedo con la boca abierta al ver los post de algunos blogs, ¡Es impresionante!.

La última cosa (al menos por hoy) que me ha dejado maravillada es la cantidad de ingredientes que existen y que antes, ni siquiera había oído hablar de ellos.

En estos 10 meses he aprendido más de técnicas, de ingredientes y de recetas que en toda mi vida.

Pues hoy os traigo una receta que sin duda, ya habéis visto en otras ocasiones: los brioche tricolor. Yo los vi por primera vez en el blog de Hilmar y como habitualmente me pasa con sus recetas, me quede con la boca abierta.

Después se los vi a Isabel en su blog Aliter dulcia y la obsesión por preparar estos brioches fue en aumento, no sólo por lo bonitos que quedan, si no porque llevan un ingrediente que hasta entonces, era desconocido para mi: el Té Matcha.

Primero de todo fue hacerme con el ingrediente estrella de esta receta, lo encontré en Toque de chef . Según lo vi pensé:" pues si que es caro" 7,95 € por 20 gr de té y además viene en polvo, pero bueno como estaba emperrada en probarlo, pues lo pedí. Además aproveche los gastos de envío para pedir otras cosillas: unos moldes de cartón y otros ingredientes que ya os iré contando.

Antes de pasar a la receta, os voy a comentar una pequeña cosa que me ocurrió con ellos: Hilmar, comenta en la receta, la posibilidad de untar la última capa antes de enrollarlo con Nocilla. He de deciros que así lo hice y como veréis en el vídeo, fui bastante generosa. Pues bien, si os animáis a prepararlos, os recomiendo que No se la pongáis, os explico porque: la crema de cacao, hace que las capas del brioche se separen, aunque aparentemente el brioche ha subido perfectamente y me quedó precioso, me lleve una gran desilusión cuando lo abrí y pude comprobar, como la Nocilla, me había separado la última capa.

Como a tozuda no me gana nadie, hoy mismo lo volveré a preparar, esta vez sin la nocilla y ya os mostraré el resultado.

Menuda semanita que he tenido. Como se suele decir "Eramos pocos y parió...".

Mi marido y mi hijo me dicen que nada, que ya están ellos para comer las cositas que les prepare, así que me tendré que conformar durante una buena temporada, a pegarme atracones virtuales con las fotos del blog, que lo primero es la salud.

Después de desahogarme contando mis penas, ahí va la receta de hoy. Unos bocaditos de mejillones, digamos que son como unas croquetas pero un poco más laboriosas de preparar.

Cuando finalice el tiempo de reposo, espolvoreamos con harina la superficie de trabajo y vertemos en ella la bechamel. La extendemos con un rodillo hasta que tenga un grosor de 0,5 cm aproximadamente.

Con un cortapastas, cortamos la bechamel. Ponemos una cucharadita de relleno en la mitad de los círculos y las vamos tapando con otra mitad.